Gaia nos abre sus brazos de par en par y, sin embargo, nosotros se lo pagamos rasgándole las entrañas, pero en su infinito amor ella no nos lo tiene en cuenta y nos sigue brindando sus frutos… ¿pero nos quiere tanto a los hombres y mujeres como para permitirnos acabar con el resto de seres vivos, con el aire y con el mar? No lo creo. Somos como parásitos, como la célula cancerosa que no se da cuenta de que con su actuación no está acabando sólo con el cuerpo que la sustenta, sino también consigo misma. Sólo nos quedan dos alternativas: o evolucionar o perecer; porque ciertamente, dudo que Gaia se deje destruir. ¿Y sabes lo que pienso? Pienso que si seguimos como hasta ahora no me importaría que la raza humana desapareciera antes de que con su actuación arrastre «al fondo del mar» también a otras especies que viven en armonía.
Pero no, no es culpa de nadie. No creo que el Ser Humano sea malo, sólo es inconsciente. Es la inconsciencia la que le impide darse cuenta de lo que está haciendo. Es la inconsciencia la que le impide darse cuenta de que el trino de un pájaro vale infinitamente más que todo el dinero del mundo… A veces la luz de la Consciencia nos habla. Ésta puede revestirse de la voz de Gaia: un terremoto, un tornado, inundaciones…, pero también puede hablarnos a través de los labios de una niña:
Me gustaría rescatar unas palabras del vídeo:
En la escuela ustedes nos enseñan a comportarnos bien, a no pelear con otros, a resolver las cosas bien, a respetar a otros, a limpiar lo que ensuciamos, a no maltratar a otras criaturas, a no ser mezquinos… ¿Entonces por qué ustedes hacen justamente lo que nos enseñaron a no hacer?
Me duele decir que comparto plenamente las palabras de esta niña (ahora ya no tan niña 😉 ). Hay mucha inconsciencia, y ésta nos invita a decir palabras muy bonitas para disimular nuestra perniciosa actuación. En este sentido me gustaría que leyeras la letra de una de las canciones (Lecciones de Urbanidad) de Serrat:
Cultive buenas maneras
para sus malos ejemplos
si no quiere que sus pares
le señalen con el dedo.
Cubra sus bajos instintos
con una piel de cordero.
El hábito no hace al monje,
pero da el pego.
Muéstrese en público cordial,
atento, considerado,
cortés, cumplido, educado,
solícito y servicial.
Y cuando la cague, haga el favor
de engalanar la boñiga.
Que, admirado, el mundo diga:
«¡Que lindo caga el señor!»
Hágame caso y tome ya
lecciones de urbanidad.
Tenga a mano una sonrisa
cuando atice el varapalo.
Reparta malas noticias
envueltas para regalo.
Dígale al mundo con flores
que va a arrasar el planeta.
Firme sentencias de muerte,
pero con buena letra.
Ponga por testigo a Dios
y mienta convincentemente.
Haga formar a la gente,
pero sin alzar la voz.
Que a simple vista no se ve
el charol de sus entrañas.
Las apariencias engañan
en beneficio de usted.
Cultive buenas maneras
donde esconder sus pecados.
Vista su mona de seda
y compruebe el resultado.
Que usted será lo que sea
– escoria de los mortales –
un perfecto desalmado,
pero con buenos modales.
Insulte con educación,
robe delicadamente,
asesine limpiamente
y time con distinción.
Calumnie pero sin faltar,
traicione con elegancia,
perfume su repugnancia
con exquisita urbanidad.
No nos damos cuenta de que si decimos que hay que apagar las luces cuando no se necesitan y nosotros nos la dejamos encendidas, los niños aprenderán a dejarse las luces encendidas; no nos damos cuenta de que si insultamos (aunque no sea a la cara) y no respetamos a una persona, eso es lo que aprenderá también a hacer esa persona. Y esto son hechos, no me lo invento. Lo pude comprobar en las prácticas. Por ejemplo: un día me encontraba en un aula vacía de niños, pero conmigo y una profesora todavía dentro dispuestas a salir. Yo me puse a mirar para todos los lados y ella me dijo que qué buscaba. <El interruptor de la luz> dije; <Está allí, pero no te preocupes, si éstos vienen dentro de tres cuartos de hora>, fue su contestación. La verdad es que estas palabras me dejaron de piedra, pero no nos creamos libres los demás de actuaciones de este tipo, porque seguro que si miramos hacia nosotros mismos, en la mayoría de los casos encontraremos inconsciencia por todos los lados
De todas formas no vale la pena quejarse de los demás; únicamente vale la pena observar su actuación y comprobar en qué medida nosotros hacemos lo mismo. No vale la pena quejarse de los políticos y de los que «están en el poder». Ellos sólo son como gotas en el tempetuoso mar de la vida… y para calmar este mar se necesita la actuación de muchas gotas. Si queremos cambiar algo, cambiémonos a nosotros mismos, porque es lo único que podemos hacer. No pensemos que por cambiar nosotros las cosas no van a cambiar. ¿Cuántos de nosotros nos damos cuenta de que la raza humana ha caído muy bajo?, ¿a cuántos nos gustaría vivir en otro mundo menos inconsciente y más maravilloso? ¡Muchas gotas conforman el océano! Pero para ello hay que ser una gota y no un grano de arena. No podemos acusar a los políticos de que no forman un océano y mientras nosotros permanecer como granos de arena. Para cambiar ese mundo se empieza por una gota: tú… Y cuando seas como una gota, podrás dar de beber al resto de granos de arena para que se convierta también en gotas, y cuando sientas que tu mundo interior ha cambiado, cuando ese mundo esté lleno de dicha y de consciencia, eso es lo que transmitirás al mundo exterior. Y sí, puede que muchos granos de arena no quieran convertirse en gotas, pero aunque el mundo exterior sea duro como la piedra, por lo menos tu mundo interior será límpido como el agua que desciende por el arroyo de la montaña:
Sólo me queda decir: las tinieblas no se pueden combatir con las tinieblas, sino con la luz. Y donde hay luz y tinieblas siempre vence la luz, porque las tinieblas no son nada.
Hola, Sara.
Estoy en un ordenador en el que no puedo ver los vídeos, así que voy a comentar sólo lo que has escrito. Tu primer párrafo, es lo que yo suelo llamar la diferencia entre Planeta Tierra y Planeta Mundo en mi otro blog. El Planeta Tierra sería lo que llamas Gaia y el Planeta Mundo, pues eso, el mundo. Yo siempre digo que, si hay una 3ª Guerra Mundial y destruimos el mundo, la Tierra seguirá dando vueltas alrededor del Sol.
En el símil de las gotas y los granos de arena puede haber una respuesta a la pregunta ¿Cuántos granos de arena hacen un montón?, que sería la misma que ¿Cuántas gotas de agua hacen una ola? Neal Stephenson, en «Azogue II: El rey de los vagabundos» dice que cada persona es una ola que cambia más o menos una playa (el mundo) que, en esencia, sigue igual. Como si cambiáramos la disposición de los granos de arena, pero no la playa. Supongo que así nos sentimos todos cuando pensamos que una sola persona no puede cambiar el mundo. Y tal vez sea cierto. Pero también es cierto que la playa no siempre estuvo ahí. La playa ha llegado a existir a fuerza de olas y olas qua han ido golpeando la costa, pensando que no iban a cambiar nada. Y ese es nuestro problema, que queremos éxitos a corto plazo. Si queremos cambiar el mundo, queremos verlo cambiado antes de morir.
Roald Dahl, en «Relatos de lo inesperado» (concretamente en el titulado «Lady Turton») habla de un jardín que alcanza su esplendor años después de que su artífice hubiera muerto, y un personaje se pregunta cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a comenzar algo que sabemos que no veremos acabado.
Me parecen dos ejemplos literarios muy apropiados para tu post, porque el mundo solo será como lo sueñas cuando empecemos a pensar a largo plazo y, desgraciadamente la mayoría de las personas tiene un pensamiento más parecido al de El Cuarteto de nos» en su (irónico) tema «Maten a las ballenas», cuyo estril¡billo es «Que me chupa que la tierra un día no se pueda habitar / cuando reviente yo ya no voy a estar, / mirá como tiemblo, yo ya no voy a estar.» Eso no significa que los pocos que no pensamos así, aunque seamos pocos, no sigamos haciendo lo que creemos correcto. Por eso me alegro de que gente como tú se dedique a la enseñanza. A lo mejor sólo haces mella en 4 de tus alumnos, pero son 4 personas que, si no llegan a conocerte, serían como el resto. Eso es cambiar el mundo.
¡No sabía que tuvieras otro blog! Ya me pasaré por él con más calma. Me ha llegado profundamente lo que escribes y estoy de acuerdo con todo. Gracias, saludos y hasta otra.
Vaya, se me han puesto los pelos de punta. Me ha encantado. Me alegra haber conocido este rinconcito.
Gracias, Eugenio Manuel. ¡Es que tengo poderes (no sé si paranormales 😉 ) para hacer que a la gente se le ponga los pelos de punta! Prometo pasarme por tu espacio con más detenimiento, pero lo que he visto me ha gustado, por lo que te hago un hueco en mi lista de enlaces.
[…] me resisto a volver a poner este vídeo porque me encanta y tiene mucho que ver con lo que estoy […]